jueves, 18 de febrero de 2016

YO SABIA

YO SABIA que algún día dejaría de pelear contigo,
SABIA que abarcarías mi vida hasta el punto de vivirla por mi,
SABIA que al verme en el espejos te vería en mis ojeras, mis cicatrices, mis canas, mis arrugas,
SABIA que al estar pisándome siempre los talones no demorarías en agotarme el espíritu,
SABIA que harías mi vida más mecánica; despertador, desayuno, pastilla, trabajo, almuerzo, ducha, pastilla, cena, cama y 7 horas después nuevamente despertador (agregaría gimnasio quizás, visita al doctor y reunión con amigos, pero las pastillas estarían siempre ahí, a la misma hora por el mismo canal...),
SABIA que cambiarías mi vida, y dejaría de ser lo que era, me sacarías algunos sueños y me darías pesadillas,
SABIA que el caudaloso río de lagrimas que me quito el buen dormir en los primeros tiempos, se convertiría en gestos y miradas amargas, resentidas, resignadas... y que con ello me convertirías en "el chico de mirada triste".
LO QUE NO SABIA era que me harías un superviviente,
NO SABIA que me harías más desenvuelto y me darías una gran cuota de autosuficiencia,
NO SABIA que me traerías amigos verdaderos y un amor incondicional,
NO SABIA que me enseñarías el concepto de AMOR PROPIO, al entender que no tengo porque conformarme ni creerme menos por tenerte en la sangre,
NO SABIA que entre RENDIRME y ACEPTARTE terminaría eligiendo lo segundo (porque ni creas que te sobreviví una década para dejar que te lleves mi vida, mi salud, mis afectos...),
NO SABIA, NI MUCHO MENOS ME LO HUBIERA IMAGINADO, que terminaría agradeciéndote por venir a sacudir mi vida, ponerla patas arriba, partirme el corazón un sin fin de oportunidades y dejarme más de una vez tirado al borde de la nada.
Gracias por haber sido tan hijo de tu madre y con ello haberme hecho más fuerte.


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